LA RIBERA DEL JÚCAR

LA COMARCA DE LA RIBERA DEL RÍO JÚCAR

La gran comarca de la ribera del río Júcar (la Ribera Alta y la Ribera Baixa) es tierra de antiguos agricultores creadores, a lo largo de siglos, de una imagen paisajística que todavía se mantiene hoy de manera milagrosa con los bellísimos mosaicos de los campos de naranjos. El río Júcar, fertilitzador y también “devastador”, (por sus inundaciones ancestrales), ha permitido desde siempre la producción en la comarca de gran variedad de frutas y hortalizas. Una tierra tan fértil ha aportado desde hace mucho tiempo vitamina C para salvaguardar a media humanidad de las gripes y resfriados (en Carcaixent desde 1781). El agua del gran río valenciano ha sido empleada históricamente por los romanos, árabes y repobladores cristianos para crear una ancestral y vasta cultura hidráulica (azudes, acequias, tribunales, legislación…) en buena parte todavía a nuestro alcance como la Acequia Real del Júcar o el Azud de Antella.

En la orografía de la comarca destaca la majestuosa sierra de Corbera-Murta-Agujas (la conocida sierra de les Agulles) con los rincones secretos de la Murta (el arrayán) en Alzira y los espectaculares miradores (a 600 m de altitud) hacia la costa y hacia el Parque Natural de l’Albufera. También destacan la sierra costera de Cullera (más de 200 m de altitud), los últimos contrafuertes de la sierra de Enguera (en el valle de Cárcer) o la cota más elevada de la comarca en la sierra del Cavalló (800 metros de altitud). Y además el manantial del río Verde en Massalavés, la playa del Dosser en Cullera…

La gran comarca de la Ribera, se asemeja cada vez más al resto de comarcas litorales valencianas. Los pueblos costeros (Sueca, Cullera) tienen en el turismo su primera industria mientras que el resto de poblaciones han diversificado sus raíces agrícolas abriéndose a la industria, los servicios y la construcción.

En la Ribera también hay mucha y buena cultura, tradicional y ancestral, actual y cosmopolita. Dos grandes ejemplos: la procesión de la Muixeranga en Algemesí (declarada patrimonio de la humanidad en 2012) y la consolidada Muestra Internacional de Mimo de Sueca (ya van 24 años de espectáculo y emoción desbordantes). Sin olvidar los conciertos de música medieval en la ermita gótica (siglo XIII) de Sant Roc de Ternils en Carcaixent…

Los amigos que vivimos al Hort de Villa Antonieta, hemos ido descubriendo poco a poco el encanto y los atractivos naturales y culturales de la gran comarca. Aunque el mayor impacto en nuestros paseadas por la Ribera Alta lo provocaron el descubrimiento del valle de la Murta en Alzira y el conjunto de huertos tradicionales de naranjos en el entorno de Puebla Larga-Carcaixent-Alzira-Algemesí, con sus edificios ochocentistas de estilo modernista de finales del siglo XIX e los inicios del XX (donde veraneaban las familias propietarias).

Cada primavera los habitantes de la Ribera Alta y de la Ribera Baixa vivimos con fruición el milagro que nos brinda la naturaleza: la sutil y envolvente fragancia de la flor del naranjo en primavera, un eclosión que inunda de forma felizmente irremediable nuestros campos y poblaciones… ¡Un placer de dioses!.